El fraude en las compras realizadas online es uno de los aspectos que más frena el comercio electrónico, tanto por parte de los compradores como de los vendedores, puesto que mina la confianza. Es algo que desde todos los agentes de internet se debe evitar, poniendo de nuestra parte todo lo posible para combatirlo y poder llegar algún día a erradicarlo.
Una de las principales vías de este fraude es a través de la información de tarjetas de crédito robadas y utilizadas para hacer estas compras. Para ello, muchos hackers se dedican a suplantar la identidad de tiendas online y de entidades bancarias para hacerse con estos datos y después poder usarlos en compras fraudulentas.
Para evitar este fraude, es necesario que desde la tienda online se pongan todas las precauciones posibles. Para ello, contar con una pasarela de pagos segura que nos pueda proveer nuestro banco y que además sean ellos quienes almacenen la información de las tarjetas de crédito va a ayudarnos a contar con un sistema más seguro. Pero eso no es todo.
El control manual de las compras también nos va a servir de gran ayuda a la hora de prevenir este fraude, pudiéndonos encontrar con transacciones sospechosas que mirar con lupa para ver si realmente no se tratan de pedidos fraudulentos. Diferentes IPs en países remotos, falta de información de contacto o dirección, transacciones de grandes importes, o varias compras seguidas son indicios de que puede que no se estén haciendo las cosas bien. Ante esto, lo mejor es intentar comprobar si realmente es un pedido legítimo o se trata de un intento de estafa.
Además, otra buena forma de evitar el fraude es contando con sistemas de pago alternativos con sistemas de seguridad probados, que además ayudaran a aportar mayor confianza a nuestros compradores y por tanto mejoraran la imagen de nuestra tienda online (y, por qué no, los resultados de la misma).
Pero no todo el peso recae sobre la tienda online, también tiene que ser los compradores quienes pongan mecanismos de prevención ante este fraude. Para ello, no dar los datos bancarios en sitios en los que no se confíe así como prevenirse ante los intentos de captación de datos bancarios haciéndose pasar por las entidades financieras. En definitiva, la mejor arma para luchar contra el fraude es el sentido común y, ante la duda, cerciorarse primero de que el sitio es seguro.