En los últimos años ha ido creciendo como la espuma el showrooming, una práctica que consiste en que los consumidores acuden a las tiendas físicas a probarse, probar o ver in situ los productos que más tarde comprarán en tiendas online.

Los sectores más afectados son los de la moda y la electrónica, aquellos donde los usuarios quieren en el caso del primero, probarse las prendas de ropa o calzado y en el segundo probar físicamente el funcionamiento, en especial de tablets y smartphones, así como ordenadores.

A quienes más afecta esta práctica es a aquellos pequeños retailers sin tienda online que venden productos multimarca, puesto que ven como los clientes acuden a la tienda, se “aprovechan” del asesoramiento que sus vendedores aportan, sin finalizar la conversión aquí. Para esto, la mejor solución es adaptarse a las nuevas formas de compra de los consumidores y, puesto que cada vez estos compran más en el canal online puede haber llegado al momento de vender también a través de este canal.

¿Cómo fidelizar a estos clientes? Una buena práctica es unir los modelos on y off line en un mismo modelo de negocio, intentando traer tráfico de uno a otro y así traer sinergias. Por ejemplo, ofertar la posibilidad de ahorrarse los gastos de envío recogiendo el producto en una tienda (algo que empresas como Zara ofertan) o, en el sentido contrario con promociones lanzadas desde la tienda física para que puedan usarse en la tienda online: descuentos, voucher, ofertas especiales, etc.

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