Los compradores online cada vez son más impacientes a la hora de encontrar y comprar sus productos en la red por lo que para conseguir retener y convertir a los visitantes va a ser imprescindible contar con una velocidad de carga óptima. Puesto que cada vez es más complicado (o más caro) conseguir tráfico de calidad a una web, es imprescindible que su experiencia en la misma sea la mejor posible y uno de los puntos que más se han de tener en cuenta es el de la velocidad de carga de la página.
Durante años, se ha establecido un debate que los datos objetivos ya han esclarecido. El diseño no puede primar por encima de la usabilidad, sino que debe estar en concordancia con él. De esta manera, tecnologías como Flash, capaces de desarrollar animaciones y efectos visuales realmente vistos y eye-catching han contado con dos hándicaps: por una parte pueden desviar la atención del objetivo principal de la web, que es vender mientras que además frena en enorme medida la velocidad de carga de la web y por tanto empeora la usabilidad.
Algunos datos permiten ver cuál es la importancia de esto, y es que, el 64% de los compradores online descontentos dijeron que eran menos propensos a volver a visitar a una tienda online con un alto tiempo de carga mientras que el 62% eran menos propensos a comprar en el sitio de nuevo y el 48% comprarían a un competidor.
Además, en cuadro se pueden ver ejemplos de respuestas de usuarios ante el tiempo de carga:
Por tanto, será necesario contar con un diseño web optimizado en velocidad tanto a nivel de servidores como del contenido de la web. La utilización de contenidos en el lenguaje HTML5, capaz de presentar animaciones y contenidos más complejos sin ralentizar la carga así como la optimización de fotografías, vídeos y demás elementos van a ser clave en el diseño eficiente de la tienda online.
En cuanto al tiempo, durante 0,1 segundos el usuario no recibe ningún feedback, por lo que en este tiempo de carga no habrá nada, excepto la visualización del resultado. A partir de 1 segundo el flujo de pensamiento se interrumpe y el usuario pierde la sensación de operar directamente en los datos. A partir de 10 segundos la atención se pierde totalmente y se comienzan a hacer otras actividades, si bien este tiempo cada vez se va reduciendo más y los usuarios son más impacientes.
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