Imaginemos que estamos compitiendo en un circuito de carreras, vamos en nuestro Fórmula 1 a 300 kilómetros por hora, la adrenalina nos va subiendo rápidamente y de repente se nos aparece un muro de hormigón delante, tenemos que parar y bordear el muro y seguir con la carrera, pero ya con la frustración de encontrar trabas en el camino, y con la sensación de haber perdido el tiempo y el dinero.

Pues esto es más o menos es lo que les ocurre a los desarrolladores cuando están trabajando en proyectos de eCommerce: ellos, como arquitectos de la estructura de la plataforma, lo tienen todo en orden para que las soluciones de pago funcionen correctamente, entonces es cuando se dan con el muro de la entidad bancaria y tienen que bordearlo.

Para los desarrolladores sería muy interesante que una de estas soluciones de pago ofreciese una forma de pagos flexible, que no tuvieran que estar atados a un único banco y sobre todo que permita una integración sencilla. Para los comerciantes sería fundamental que actúen con transparencia y visibilidad a la hora de cobrar, y sobre todo que cumplan los estándares de seguridad para evitar fraudes y riesgos innecesarios.

Afortunadamente esto ya es una realidad, algunas pasarelas de pago nos permiten filtrar las transacciones a través de sistemas de detección del fraude para mayor seguridad de los comercios.
Además dan respuesta a la necesidad creciente de vender por todos los canales, es decir combinan servicios de pago para el mundo online y offline ya que el comprador no entiende que haya una separación entre ellos.

Por otra parte los comercios están desarrollando necesidades de venta internacional ya que el mundo digital no entiende de fronteras físicas. Adicionalmente, las expectativas de una experiencia de compra perfecta por parte del cliente son personalización, rapidez, sencillez, etc. e incrementan la complejidad pero también las oportunidades.

El pago es una parte crucial de la experiencia de compra, a pesar de ser el último eslabón de la cadena. Es el momento de la verdad y ocurre siempre en un contexto determinado función de una variable espacio temporal, de tipología de usuario y de transacción, sector en el que ocurre, etc., esto lo hace diferente en cada caso. El número de contextos posibles a la hora de pagar es infinito como son las posibles las combinaciones de estas variables lo que da cabida a miles de aplicaciones diseñadas cada una para un contexto determinado.

Este long tail de aplicaciones es terreno de la innovación, del trabajo de los ecosistemas de desarrolladores que ya se cuentan por miles en nuestro país y en todo el mundo.
Algunas plataformas ofrecen servicios especialmente diseñados para desarrolladores. Stripe es una de las plataformas más populares. Se trata de una empresa americana que ha conseguido alzarse como un referente dentro de este sector.

En el caso de España, una de las soluciones parabancaria más prometedoras es Snap*, aunque en Estados Unidos ya lleva muchos años operando.. Ofrece su plataforma abierta para desarrolladores y varios servicios empaquetados para comercios de una manera muy flexible. Snap* es una plataforma de Popular Payments pero no es necesario abrir una cuenta en el Banco Popular para utilizar el servicio.

Articulo Compartido por: Elena Alvarez – Business Development Leader en Popular Payments