• Ubicuidad: El comercio electrónico permite poder comprar en cualquier lugar y a cualquier hora. Puedes comprar un libro en Australia y a los tres minutos, una bicicleta en Noruega. El espacio/tiempo ya no es un freno para poder comprar o vender.
  • Comodidad: Para comprar, mediante el comercio electrónico, no es necesario recorrer media ciudad buscando lo que necesitas. Mediante una búsqueda localizas lo que necesitas, lo compras y lo recibes en tu casa.
  • Amplitud de la oferta: Con el e-commerce (y más ahora con la figura de los comparadores) es posible comparar entre diferentes proveedores de un mismo producto con un solo click, eligiendo aquel cuyas condiciones se adapten más a tus necesidades.
  • Socialización: Hasta ahora, uno de los inconvenientes que había tenido el comercio electrónico había sido la soledad del proceso de compra (existen ciertos productos que gusta comprar en grupo). Pero gracias al social shopping, ahora es posible vincular tus compras con plataformas como Facebook que te permiten hacer tus compras “acompañados” de tu red de contactos que pueden ayudarte, aconsejarte… De cara a la empresa, esto aporta mayor visibilidad a su tienda, lo que probablemente se traduzca en más conversiones.
  • Reducción de costes: Para una empresa, el coste de una tienda on-line es menor que el de una tienda física, por lo que permite dar unos precios más ajustados a sus clientes, lo que aporta competitividad a su tienda.